Una personalidad impactante y un actividad bien definida y fuerte marca la vida y la historia de esta excelsa personalidad nacida dentro del Imperio austrohúngaro pero desarrollada y con creces en el ámbito alemán.
Hitler, en cualquiera de sus operaciones ha dejado un sello y una marca que lo constituyen un indudable exponente de la historia, de esa historia que atrae y atrapa por su exotismo pero también por su cruda e ineludible realidad. Sin embargo, una mente envuelta en las mayores ambiciones de la tierra, como pueden ser la dominación y la conquista, alcanzó a tejer alrededor de su entorno una suma de misterios capaces de mantener en alerta al más detallista investigador y al más preciso estudioso de la historia.
Con el correr de los estudios en torno a esta personalidad que podía doblegar con tan solo una mirada, surgieron otras perspectivas que podrían dar cuenta de un ámbito de debilidades y de flaquezas que, por la misma causa, se han mantenido en el anonimato sin poderse hoy en día confirmar con certeza ni resolver con claridad.
Investigaciones y teoría del hijo ilegítimo de Hitler
Estamos hablando de esas investigaciones que dan y acusan la teoría de que en el año 1918, Adolf Hitler, dio origen a un hijo tras un romance que concretó con una adolescente proveniente de Francia. Este escandaloso dato fue primeramente expuesto en la revista francesa Le Point, a partir de la cual se desencadenaron páginas y páginas de dudas, hipótesis y contrariedades.
Lo cierto es que nada niega la posible existencia del fruto de un escape de la rutina para quien todo estaba absolutamente configurado.
Jean-Marie Loret era el nombre que se le dió al presunto hijo del dictador que en 1985 dejó esta vida y una esquela de preguntas e inseguridades.
Loret llegó a afirmar por sus propios medios el vínculo que paternalmente tendría Hitler consigo mismo, sin embargo, su madre Charlotte Lobjoie es quien negó radicalmente lo expresado por su propio hijo que para dar los datos de su origen redactó una autobiografía.
Ese producto literario, la autobiografía redactada de manos de Loret, ha sido un documento de dudosa credibilidad por los estudiosos. Lo cierto, es que la madre del joven en su lecho de muerte parece haber dado cuenta de la veracidad de los testimonios por su hijo propagados.
Lo cierto es que, tal vez en lucha contra sus propias raíces, Loret luchó durante su juventud enfrentado a las fuerzas alemanas mientras desplegaba sus dominios en la Resistencia Francesa.
La revista Le Point, como fuente para dar credibilidad a la versión de la paternidad de Hitler, aporta un análisis de los escritos del Tercer Reich, da cuenta de la financiación que hubiera recibido la madre de Loret durante la Segunda Guerra Mundial por el Ejército Francés y comenta sobre ciertas pinturas halladas en la casa de Charlotte Lobjoie en las que en apariencia figuraría la firma de Hitler.
El encuentro entre Charlotte Lobjoie y Hitler hubiera tenido lugar cuando ella, con 16 años, se había alistado en el servicio de Francia el tiempo que duró la Primera Guerra Mundial. Siguiendo esta línea, el romance habría ocurrido en 1917 en un campo de heno situado en Fournes-en-Weppe.
Probablemente acosada por las circunstancias, las habladurías y constantes cuestionamientos, cuando Loret tenía 16 años, Charlotte Lobjoie lo entregó en adopción.
Cuando llegaba el momento de su muerte la joven amante de Hilter parece haber esbozado la certera paternidad de Hitler, pero sin confirmación precisa, dejó un mar de dudas acerca de ese momento en que uno de los máximos dictadores de la humanidad doblegó su espíritu hacia una fugaz pasión.
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